El término sin conflictos es especialmente importante para el origen de los diamantes y se utiliza a menudo en este contexto. Los diamantes sólo pueden proceder de una fuente en la que no se financien guerras civiles u otros conflictos violentos con la venta de las piedras preciosas. Actualmente, también se debate la ampliación del término para incluir las violaciones de los derechos humanos. Desde 2002 existe también el Acuerdo de Kimberley, por el que varios Estados se comprometen a sacar al mercado únicamente diamantes libres de conflictos para impedir el comercio de diamantes de conflicto o de sangre extraídos ilegalmente. Los países participantes también se comprometen a documentar la ruta de origen de las piedras preciosas sin lagunas y sobre la base de diversas normas y certificados de origen. Gracias a los requisitos y medidas de control acordados en el curso del Proceso de Kimberley, ya se han observado mejoras visibles en el comercio de diamantes. Los Estados que no cumplen los requisitos necesarios no pueden exportar diamantes en bruto por el momento. Por ello, el uso de diamantes libres de conflictos es especialmente importante para detener el comercio ilegal de diamantes y prevenir conflictos violentos basados en los ingresos de las piedras preciosas.
