La aventurina es un mineral que goza de especial popularidad en la fabricación de joyas. Esta piedra puede ser el punto culminante de collares, anillos o incluso pendientes, ya que cautiva con su fuerte color verde, que puede llegar hasta el marrón rojizo. Estas piedras son opacas y tienen un brillo graso o vítreo. Las aventurinas son una variedad del cuarzo y obtienen su brillo y destello característicos de las partículas de hematites, mica o fucsita encerradas en la piedra. Este brillo especial recibió incluso el nombre de piedra preciosa popular como aventurescencia. La aventurina se clasifica tradicionalmente como mineral, pero no es posible una categorización clara, ya que también puede contarse como roca. El nombre de la aventurina procede del italiano, donde "a ventura" puede traducirse aproximadamente como accidental. De hecho, en el siglo XVIII se creó por casualidad en Italia un vidrio de color marrón rojizo que dio nombre a la piedra preciosa aventurina, descubierta más tarde gracias a su similitud óptica. Las aventurinas se encuentran en Alemania, cerca de Aschaffenburg, pero sobre todo en los Urales. Aparte de su uso en joyería, las aventurinas también pueden procesarse en objetos de arte (por ejemplo, jarrones, jarras).